T’ACH El Documental es sin duda uno de los proyectos profesionales más deliciosos de los que he participado.
Primero fue T’ACH Cocina Autóctona Panameña y un año después llegó T’ACH El Documental, en ambos casos un gran éxito como material de referencia de la cocina tradicional panameña. Ya algunos han tenido la ocasión de ver el documental, sin embargo aún tendremos que esperar a que termine su gira por festivales internacionales de cine para poder tenerlo en las pantallas de las principales salas de cine del país.
Pero lo que la mayoría desconoce es cómo se gestó T’ACH El Documental y lo que su producción supuso para quienes participamos él.
Un día normal de trabajo el Chef Charlie me llama a su oficina, conversamos varios temas y finalmente a grandes rasgos me dice que había alguien interesado en hacer la versión documental de T’ACH y que nos íbamos a reunir con él para darle forma al proyecto.
No presté demasiada atención, sonaba demasiado bien, tanto que no me resultaba creíble. Pocos días después allí estábamos con Corporación Medcom de una parte como socio del proyecto y con Christian Escobar de C11 Films SA en la parte técnica. Después de alabar el libro, Christian nos contó cómo surgió la idea de hacer la versión documental y planteó a grosso modo cómo sería el trabajo.
El chef Charlie y yo salimos de Medcom… casi no cruzamos palabra hasta que estábamos en el carro de vuelta a la oficina. Entonces me preguntó mi impresión y yo le dije «suena demasiado bueno ese proyecto, sería un producto muy bonito y valioso con el que llegar a un público más amplio con la cocina tradicional panameña». Difícilmente olvidaré ese día.
Entonces pasaron los días, las semanas, incluso meses y no volvimos a tener noticias de Christian Escobar. «¿Vio chef? Eso sonaba demasiado bien para ser cierto». Hasta que un día Christian volvió a dar señales de vida. Ya tenía armado todo el cronograma de la producción, concretamos los destinos, definimos las recetas y los personajes. Sólo era cuestión de subirse al carro, al avión o a la panga para ponernos en marcha de verdad.
Qué puedo decir de la gira… en lo personal, recorrer el país de la mano del Chef Charlie Collins ha sido como hacer una maestría en cocina tradicional panameña. Conocer productos en su origen, tradiciones culinarias, platos, utensilios, técnicas… y probar un plato, y otro plato y otro plato.
Muchos verán en el documental cómo el chef degusta en San Blas la langosta cocida en agua de mar y termina diciendo «deliciosa». Lo que muy pocos saben es que después de eso se escuchó la voz de Christian diciendo «corten» y después la del chef Charlie diciendo «Julia ven a probar esta delicia». Y ese es sólo un ejemplo.
Pero T’ACH El Documental, además de la parte estrictamente gastronómica fue una lección de vida, me dio un rato de juego con los niños de las comunidades del Darién, jugué a pescar en Bocas del Toro con el hijo del Chef Joseph Archbold y sus amigos y me dio la oportunidad de conocer mujeres panameñas empoderadas y poderosas, trabajadoras, emprendedoras y con una determinación de hierro que me hicieron sentirme más orgullosa aún de ser mujer.
T’ACH El Documental me hizo pasar frío, calor y calarme de agua hasta los huesos pero siempre con el buen humor y la conexión entre los equipos de C11 Films y de Charlie Collins. Gracias a T’ACH El Documental he conocido personas capaces de hacerme reír hasta llorar.
Este proyecto también vino a afianzar y estrechar lazos personales con Chale, como él me dice que lo llame y que aunque lo intente un millón de veces no me sale. Él es más que mi jefe, es mi maestro (un privilegio que sólo algunos tenemos), él es «mi Chef» que es como suelo referirme a él.
Ya de vuelta en Panamá, retomando el trabajo del día a día en el catering y seguía recordando algunos fragmentos de la grabación que Christian nos mostraba en la pantalla de la cámara, pero no tenía ni la más ligera idea de lo que iba a ver en aquel reservado donde se proyectó por primera vez el documental. Era un evento muy íntimo, apenas 10 personas. Las luces se apagaron y la música y la voz de mi Chef llenaron todo el espacio mientras se sucedían imágenes deliciosas.
Fue inevitable emocionarme en aquella proyección, y en la segunda, y en la tercera y en la cuarta… cada vez se me saltan las lágrimas en un punto diferente, cada vez descubro un detalle nuevo… Y es que cada vez que lo veo revivo la sensación de los ojos llorando por humo del fogón en los ojos, los olores de cada plato y el trato exquisito que nos dieron en cada uno de los lugares que visitamos.
Tengo grabadas en mi mente la primera y la última frase de la película: «Desde que era niño siempre quise ser cocinero» y «Yo soy cocinero».
Pero la aventura de T’ACH El Documental no ha hecho más que empezar, primero la gira y ahora la satisfacción de verlo en los principales festivales internacionales de cine del mundo como estandarte de la cocina tradicional panameña.
Y entre esas satisfacciones, la más reciente fue verlo formar parte del Festival de Cine de Málaga (España), mi ciudad natal, y tener la ocasión de llevar a los malagueños un poco de la gastronomía panameña.
De seguro T’ACH El Documental no sólo seguirá siendo noticia sino que será el orgullo de todos los que amamos la gastronomía panameña.