Me gustan las películas de época, sobre todo por los vestuarios, los festines exagerados y despreocupados y si para colmo hay un poquito de amor… éxito. Visto así, “Vatel” (Francia, Reino Unido y Bélgica, año 2000), protagonizada por Gerard Depardieu, Uma Thurman y Tim Roth prometía.
Y es que “Vatel” nos traslada al s. XVII, cuando Luis II de Borbón-Condé recibió en su palacio en Chantilly al Rey Luis XIV y a su corte por tres días en los que se va a ofrecer al rey una serie de festejos y agasajos sin mesura. La visita del Rey Sol tenía como objetivo contar con los servicios del general Condé en la guerra que se gestaba con Guillermo de Orange, rey de Holanda.
Como cocinero y maestro de ceremonias estaba François Vatel, conocido en gastronomía especialmente porque se le atribuye la invención de la crema Chantilly, justamente en el transcurrir de esos tres días de festín en los que no cesaban las vicisitudes.
Vatel, ingeniosamente va sorteando los extravagantes deseos de la corte, mientras lidia con los proveedores locales deseosos de cobrar facturas atrasadas, la falta de ingredientes e, incluso, accidentes desafortunados como cuando recibió una partida de copas de cristal de la que no se salvó ni una pieza.
El único consuelo de Vatel fue encontrarse con Anne de Montausier quien, a pesar de sentirse atraída por el maestro de ceremonias, no estaba dispuesta a renunciar a prestar sus favores al Rey.
En realidad, el evento de la creación de la crema Chantilly, que es lo que mantenía todo el tiempo mi atención por la película, pasó rápido y casi desapercibido, algo azaroso.
Para terminar la historia, Vatel se suicidó, atravesándose con una espada, cuando el último día del banquete no consiguió la cantidad de pescado que necesitaba. Justamente, cuando fueron a avisarlo de que más cantidades de pescado estaban llegando, lo hallaron muerto en su habitación.
En general y tratándose de un hecho histórico es interesante, sin embargo, a mí me resultó bastante lenta y el vestuario no tiene nada de especial.
Lo que más me gustó era cómo Vatel iba metiendo el dedo para probar cada una de las preparaciones que se iba cocinando, y es que si hay algo que debemos tener en la cabeza cuando estamos cocinando es probar, probar y probar, no servir nunca nada que antes no hayas probado.
Bueno, y como me quedé con ganas de crema chantillí pues me puse a hacerla para acompañar unas fresas.