Cuando aprieta el calor no me puedo negar una michelada fresquita.
Ya se fue el frío y el solecito y la temperatura me recuerdan que en mi cocina no puede faltar los ingredientes para una michelada: cerveza, limón y sal. Eso a media mañana con algo de picar me cae de lo mejor…

En México la michelada es una cerveza con jugo de limón, sal e hielo. A partir de ahí hay variaciones que agregan chile en polvo a la sal para el borde de la jarra, jugo Maggi, jugo de tomate…
Hace ya tiempo que la resaca, goma, cruda o como lo quieran llamar quedó atrás aunque dicen que la michelada funciona muy bien para eso. En lo personal la seguiré tomando para acompañar unas botanas a media mañana los fines de semana.
En cuanto al origen del nombre hay muchas versiones, puedes leer más aquí. Mejor paso ya a la receta porque tanto escribir sobre la michelada me está aguando la boca… y luego ¡me sirvo una!


LA RECETA
Ingredientes:
cerveza clara u oscura, la que más te guste
jugo de limón al gusto (a mi me gusta con bastante…)
sal
hielo
Procedimiento:
Humedece el borde de la jarra con un cuarto de limón, pásalo bien por todo el borde que se humedezca bien para que luego pegue la sal.
Cubre el fondo de un plato con una capa de sal y voltea la jarra sobre la sal de forma que todo el borde quede en contacto con la sal.
Vuelve la jarra a su posición normal y agrega hielo. Vierte sobre el hielo el jugo de limón y finalmente completa la jarra con la cerveza.