
Jamás voy a olvidar cuando llegaba a casa de la escuela y preguntaba qué había para comer “¡Lentejas!” -contestaba mi mamá- y, automáticamente, se me cambiaba la cara y las ganas de comer desaparecían. Pero ahí no quedaba todo, ella terminaba con una “Si quieres las comes y si no las dejas” pero la segunda parte no aplicaba en casa. Era lo que había y...
Leer más